En una época de saturación de superhéroes y numerosas adaptaciones de cómics, no es sorprendente que el enfoque de marketing de American Born Chinese se haya centrado principalmente en las artes marciales y los elementos sobrenaturales de la serie. Sin embargo, American Born Chinese es mucho más que una simple aventura de acción. Con un elenco estelar de actores asiáticos y asiático-americanos, incluyendo a Michelle Yeoh, Ke Huy Quan, Stephanie Hsu y James Hong, la serie ofrece una versión modernizada de la legendaria historia del Rey Mono de la mitología china, mezclada con una narrativa contemporánea sobre la búsqueda de identidad en un mundo multicultural. Aunque puede que no alcance las épicas expectativas creadas por los tráilers, la serie resulta atractiva y relevante, con impresionantes acrobacias y efectos especiales.
Basada en la novela gráfica de Gene Luen Yang, American Born Chinese se compone de cuatro tramas interconectadas. La historia principal sigue a Jin Wang (interpretado por Ben Wang), un estudiante de instituto que lucha por encajar y equilibrar las tensiones entre sus padres en casa. En su búsqueda por reinventarse, Jin se encuentra con un estudiante de intercambio, Wei-Chen (interpretado por Jim Liu), sin saber que Wei-Chen es el hijo de Sun Wukong, el Rey Mono (interpretado por Daniel Wu), quien ha robado un poderoso bastón para encontrar el misterioso Cuarto Pergamino y enfrentarse al Demonio Toro, Niu Mowang (interpretado por Leonard Wu). Con la ayuda de la diosa Guanyin (interpretada por Michelle Yeoh), Jin debe guiar a Wei-Chen en su búsqueda en la Tierra, enfrentándose a diversos dioses mitológicos y monstruos en el camino. Este enfoque intrigante combina una historia de madurez con emocionantes secuencias de acción wuxia.
El segundo arco argumental se centra en los padres de Jin, Christine (interpretada por Yeo Yann Yann) y Simon (interpretado por Chin Han), quienes luchan constantemente por dinero, trabajo y su relación, colocando a su hijo en una incómoda posición. La pareja pasa mucho tiempo al borde del divorcio. El tercer hilo narrativo se desarrolla en el reino celestial, donde se muestra a Sun Wukong y Niu Mowang, junto con otras criaturas míticas, en su verdadera forma. Gracias a los efectos de maquillaje, los elementos fantásticos de esta historia resultan fascinantes y permiten al espectador medio adentrarse en los grandes mitos y fábulas de la historia china. El cuarto hilo, que en gran parte parece desconectado durante la serie, sigue a Freddy Wong (interpretado por Ke Huy Quan), una antigua estrella de sitcom de los años 90 que vuelve a ganar popularidad como meme, a pesar de los elementos estereotipados y racistas de su interpretación. Los cuatro hilos argumentales tardan en converger a lo largo de los ocho episodios de la temporada, pero cuando lo hacen, la narrativa se vuelve muy intrigante.
Durante gran parte de la serie, American Born Chinese presenta un aspecto propio de los programas de alta calidad que solíamos ver en Disney Channel en la era prestreaming. Ben Wang hace un excelente trabajo como protagonista, interpretando a Jin mientras lucha contra el acoso escolar, su proceso de integración y su enamoramiento por la popular Amelia (interpretada por Sydney Taylor). Muchas de estas secuencias aportan una buena dosis de realismo en el drama adolescente, al tiempo que resultan divertidas y cercanas. Rosalie Chiang, quien presta su voz en la película de Pixar Turning Red, y el resto del reparto adolescente también hacen un buen trabajo. El desafío reside en combinar lo sobrenatural con lo cotidiano, ya que gran parte de la historia parece fragmentada al intentar unir ambos mundos en la serie. Afortunadamente, el mundo fantástico y exagerado del reino celestial permite a Stephanie Hsu, Jimmy O. Wang, Ronny Chieng, Poppy Liu y otros destacar como deidades guerreras expertas en artes marciales.
El creador de la serie, Kelvin Yu, conocido principalmente por su trabajo como guionista en Bob’s Burgers, presenta una atractiva serie centrada en adolescentes que no se hace concesiones para satisfacer a los espectadores más jóvenes, ni aborda los temas raciales y de diversidad de manera moralizante, aunque estos aspectos sean fundamentales en la historia. El equipo creativo, compuesto en su totalidad por talento asiático, incluyendo a los directores Destin Daniel Cretton (Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos) y Lucy Liu, se sumerge en la rica historia de los mitos chinos, aprovechando al máximo el espectacular diseño de vestuario y las coreografías de lucha que recuerdan a Crouching Tiger, Hidden Dragon y a las películas de superhéroes más recientes. Donde la serie flaquea es en el equilibrio de las distintas tramas argumentales. A excepción de un cuarto episodio repleto de flashbacks, gran parte de la serie cambia de argumento en cada capítulo, a veces sin explicar por qué una escena es relevante para los eventos del episodio o de la serie en general.
American Born Chinese ofrece suficiente acción, risas y una mitología fascinante para mantener entretenidos a los espectadores. Aunque cuenta con algunos momentos extravagantes y tontos, todo funciona en el camino hacia el episodio final, que contribuye a consolidar esta serie como una historia única de origen de superhéroes. Los seguidores de la novela gráfica original notarán que se han tomado muchas licencias en la adaptación de la serie, pero estas decisiones funcionan para convertir esta historia en algo especial. Me hubiera gustado un poco más de equilibrio en las tramas, pero disfruté viendo esta versión distinta de la leyenda de Viaje al Oeste, que seguramente abrirá las puertas de una biblioteca de cuentos interesante para muchos espectadores que de otro modo no habrían descubierto. Además, algunas secuencias de lucha impresionantes compiten con cualquiera de las series del MCU que se han estrenado en Disney+.
American Born Chinese estrena el 24 de mayo en Disney+.