El cine puertorriqueño ha mantenido una presencia constante a través de dos vertientes principales: las comedias y los dramas profundos. No obstante, no pretendo desacreditar estas expresiones cinematográficas, sino más bien resaltar que la diversidad de propuestas en las salas de cine es un indicativo positivo de un desarrollo cinematográfico notable. Mi intención al referirme a esto es subrayar la necesidad de innovación, y es precisamente con el estreno de “Érase una vez en el Caribe” que se nos brinda la oportunidad de disfrutar de algo genuinamente nuevo y refrescante.
Bajo el seudónimo de “Once Upon A Time”, un término que evoca excelentes películas como “Once Upon a Time in America” con Robert DeNiro, “Once Upon a Time in Mexico” con Antonio Banderas, y más recientemente “Once Upon a Time in Hollywood” con Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, el director y guionista Ray Figueroa nos sumerge en una narrativa que transcurre en un tiempo pasado, donde los cultivos de caña dominan la economía de Puerto Rico.
La trama sigue a Juan Encarnación, interpretado por Héctor Aníbal (“The Lost City”), un capataz cuya esposa Pura, representada por Essined Aponte (“Nicky Jam: El Ganador”), es secuestrada, desencadenando así una búsqueda desesperada y valiente por su rescate, armado con su machete.
El elenco se complementa con la participación de destacados actores como Fele Martínez, Néstor Rodulfo, Robert García Cooper, Modesto Lacén, Kisha Tikina Burgos, y las jóvenes Linda y Sophia Aguayo.
Figueroa amalgama influencias del cine japonés y destila ciertos elementos del estilo animé para forjar un mundo ficticio cautivador. Ejemplifica esta fusión al presentar el flamboyán, que guarda similitudes con los “cherry blossom” japoneses, así como al asignar nombres a los machetes de manera análoga a la tradición japonesa de nombrar espadas. Estos son solo algunos ejemplos de las diversas influencias que enriquecen la experiencia cinematográfica de “Érase una vez en el Caribe”.
Desde el punto de vista visual, la película se distingue por su belleza al capturar los paisajes de Puerto Rico, empleando astutamente el juego de colores para distinguir entre el presente y el pasado, evocando un estilo reminiscente de las películas mexicanas del género vaquero. Una obra de arte ha realizado Willie Berrios.
La composición musical a cargo de Omar Silva constituye un notable elemento en la película, brindando un sobresaliente soundtrack que fusiona con maestría elementos de la música latina y la estética cinematográfica oriental. En un momento particular, se destaca la incorporación de una pieza claramente inspirada en la música del anime “Akira”, aportando así una dimensión adicional y evocativa a la experiencia auditiva del espectador.
Héctor Aníbal desempeña con maestría el papel del jíbaro, fusionando elementos del cine japonés, específicamente de Toshiro Mifune, el renombrado actor de clásicos como “Seven Samurai” y “Yojimbo”. Su presencia en pantalla es palpable, entregándose por completo para salvar a su esposa y proteger a su hija.
La antítesis de Juan Encarnación fue personificada por Néstor Rodulfo, quien asumió el rol del villano Correa. Su actuación resultó fenomenal, destacándose como un componente esencial que elevó la interpretación de Héctor Aníbal, consolidándose como un elemento intrigante que perdura en la memoria del espectador.
“Érase una vez en el Caribe” se erige como una declaración de amor al cine japonés y latinoamericano, fusionando las epopeyas del oeste con la idiosincrasia del trópico. Aunque podría argumentarse que la película podría beneficiarse de una ligera reducción en su duración, este aspecto no eclipsa la riqueza de la trama que se despliega en pantalla.
Reconozco que la película puede no ser del gusto de todos, pero celebro el esfuerzo de ofrecer algo diferente al público, en particular a aquellos que anhelamos la presencia de la acción en el cine puertorriqueño. “Érase una vez en el Caribe” es una recomendación sólida, y aguardo con interés futuros proyectos de Figueroa.
Aunque carece de una escena “post-créditos” al estilo de las películas de Marvel, durante los créditos observamos, de manera ilustrada, cómo se desenvuelve la historia, aprovechando sabiamente el tiempo disponible para desarrollar un desenlace impactante.
“Érase una vez en el Caribe” estrena el jueves 12 de octubre en Caribbean Cinemas.