El trío cómico “Please Don’t Destroy” inició su trayectoria como un grupo de comedia de sketches en YouTube. Tras experimentar un éxito moderado, alcanzaron la cima de la notoriedad al participar en el programa Saturday Night Live como escritores. Ahora, respaldados por su creciente popularidad, los integrantes del grupo, John Higgins, Martin Herlihy y Ben Marshall, hacen su incursión en el cine con la película “Please Don’t Destroy: The Treasure of Foggy Mountain“.
La trama sigue a Martin, John y Ben interpretando versiones ficticias de sí mismos, quienes, insatisfechos con sus trayectorias vitales, se embarcan en una aventura en búsqueda de tesoros en las profundidades de las montañas cercanas con la esperanza de transformar sus vidas. Lo que se desarrolla a continuación es una aventura cómica salvaje, absurda y clasificada como R.
Herlihy, Higgins y Marshall exhiben una notable química entre ellos, manteniendo la autenticidad de su relación incluso en situaciones subidas de tono. A pesar de que las payasadas aportan diversión, son los momentos de humor sutil los que dejan una impresión duradera. Aunque gran parte de la película parece improvisada, la ejecución magistral del trío evita cualquier riesgo de desastre, manteniendo la frescura y la diversión de manera auténtica.
Simultáneamente, logran infundir a la película un tono más serio. La dinámica de burla entre ellos puede ser entretenimiento suficiente para algunos espectadores. Al encender la chispa de la comedia, la película mantiene un ritmo ágil a lo largo de sus 95 minutos de duración, evitando cualquier espacio sin brillo.
Para aquellos que buscan una narrativa más profunda, “Please Don’t Destroy: The Treasure of Foggy Mountain” podría resultar decepcionante. Los dramas interpersonales entre los protagonistas no logran enganchar tanto como la comedia. Aunque el trío demuestra eficacia en el ámbito cómico, no logra dominar por completo sus puntos fuertes dramáticos. El desarrollo del drama, aunque observado, se sumerge en la familiaridad, a pesar del talentoso reparto secundario que aporta una amalgama de elementos.
Con destacados coprotagonistas como Conan O’Brien, Bowen Yang, Megan Stalter, Gaten Matarazzo y John Goodman como narrador, “Please Don’t Destroy: The Treasure of Foggy Mountain” presenta un elenco talentoso que brinda momentos hilarantes. Sin embargo, estos momentos no alcanzan la plenitud de su potencial cómico. A lo largo de los 96 minutos de duración, los actores secundarios se centran principalmente en la comedia improvisada, revelando diferencias en su aptitud para este estilo.
Dos de las interpretaciones secundarias más destacadas provienen de Conan O’Brien y Bowen Yang. La amplia gama cómica de O’Brien, reconocida por los aficionados a la televisión nocturna, se manifiesta de manera más comedida al interpretar al padre de Ben. A pesar de ello, logra extraer el máximo potencial del material, proporcionando risas continuas.
Yang, por su parte, asume el papel del principal antagonista, aportando su aguda sensibilidad cómica y generando algunas de las carcajadas más memorables de la película. Su interpretación de un villano y líder de secta excesivamente dramático parece sacada de un guion perfectamente concebido para Saturday Night Live, destacando su capacidad para trascender más allá de un simple sketch breve.
Otros intérpretes, como Megan Stalter, enfrentan el desafío de dotar de encanto a un personaje estrafalario. Aunque su papel como interés amoroso de John destaca por una química inicial convincente, la interpretación de Stalter pierde fuerza a medida que la relación evoluciona. A pesar de su éxito en el programa de HBO Max “Hacks”, su estilo de comedia estrafalaria parece forzado en esta ocasión, llevando sus momentos cómicos desde lo extravagante hasta lo incómodo, cerrando el círculo en el tercer acto.
El tercer acto requiere que todos los personajes converjan en un punto central, pero para llegar allí, el público debe atravesar momentos de drama mediocre y abundante improvisación. Aunque algunos de estos momentos generan risas, tardan en llegar a un desenlace satisfactorio. Un instante particularmente peculiar involucra a Herlihy interpretando una versión exagerada de sí mismo, con acento italiano y una dosis abundante de violencia, proporcionando una de las secuencias más divertidas del año. Sin embargo, este ímpetu no se mantiene de manera consistente.
En resumen, “Please Don’t Destroy: The Treasure of Foggy Mountain” logra ofrecer una experiencia desordenada pero divertida. Las bromas entre John, Ben y Martin generan momentos histeria constantes, aunque no siempre mantienen el ritmo deseado. Cuando el trío se sumerge en la comedia, los chistes se suceden rápidamente, pero la película enfrenta dificultades cuando trata de explicar su trama. Incluso con un reparto secundario talentoso, la película no alcanza las alturas cómicas que podría haber logrado. A pesar de sus defectos, logra encantar y resulta ideal para su emisión en Peacock.