Reseña: A Haunting In Venice

A Haunting In Venice“, dirigida por Kenneth Branagh (“Thor” y “Belfast”), representa la más reciente incursión del director y actor en el universo de las obras de Agatha Christie. Si bien no se erige como una pieza cinematográfica sobresaliente dentro del género de misterio y asesinato, tampoco se puede considerar un inacabable desafío. Más bien, “A Haunting In Venice” se encuentra en un punto intermedio, como un fantasma que aguarda cruzar al más allá. Lo único que se puede afirmar con certeza acerca de esta película es que supera con creces la entrega previa de Hércules Poirot en la gran pantalla.

Branagh retoma el rol de Poirot, un personaje para el cual nunca pareció ser el candidato idóneo. La imagen del meticuloso, bajo y rechoncho detective belga de Christie nunca concordó completamente con la apariencia y el carisma de estrella de cine de Branagh. No obstante, persiste en el papel, luciendo un cuidadoso bigote y esforzándose por dar vida a las características internas de Poirot.

A Haunting In Venice

En esta ocasión, Poirot se sumerge en la Venecia de la posguerra, llevando una vida apacible cuidando sus plantas, recibiendo pasteles enviados por correo en barco y, por supuesto, sin resolver ningún misterio. Solo se decide a abandonar su recién adquirida zona de confort cuando su amiga, la escritora Ariadne Oliver (interpretada de manera inusual por Tina Fey), lo persuade a asistir a una sesión de espiritismo en un orfanato supuestamente embrujado, que ahora sirve de hogar a una famosa cantante de ópera. Como suele ocurrir cuando se logra que Poirot abandone su retiro, se desata un asesinato y una serie de enigmas que solo el mejor detective de Bélgica puede resolver.

A Haunting in Venice” no se excede en la cantidad de estrellas en su elenco ni se infla de la misma manera que la versión de Branagh de “Death on the Nile“, lo cual contribuye a elevarla ligeramente por encima de su predecesora. La trama se desarrolla de manera fluida, presentando el asesinato central en el primer acto, en lugar de postergarlo hasta la mitad del segundo. La película también se beneficia al transcurrir en un solo escenario, permitiendo que la historia misma tome el protagonismo, aunque sea algo más accesible para los detectives aficionados entre la audiencia. El diseño de producción acentúa la oscuridad y las sombras, en consonancia con la atmósfera de thriller sobrenatural que Branagh persigue. Una celebración de Halloween al inicio de la trama aporta una rica textura a la historia, con disfraces, juegos y actividades propios de la temporada.

La dirección de Branagh, en colaboración con su antiguo colaborador, el director de fotografía Haris Zambarloukos, en general juega a favor de la película. Los característicos ángulos holandeses de Branagh regresan, y rara vez se opta por una toma convencional de plano a plano en las conversaciones. Branagh y Zambarloukos logran que el entorno parezca genuinamente encantado (independientemente de si lo está o no), y en algunos momentos, Branagh incluso logra crear una verdadera atmósfera de terror dentro del típico misterio de asesinato. Sin embargo, su habilidad para construir secuencias de terror adecuadas no es siempre constante y en ocasiones, decisiones de montaje y encuadre perjudican lo que podría haber sido momentos aterradores.

De manera similar, el guión de Michael Green, quien ha escrito todas las películas de Poirot de Branagh, no siempre alcanza su máximo potencial. Aunque esta historia sea más concisa que las anteriores, en ocasiones da la impresión de que las piezas del misterio no encajan del todo, aunque la trama avance con rapidez. Cuando Poirot reúne a todos para la revelación final, no se siente que el público haya recibido suficiente información para comprender completamente lo sucedido, aunque algunos elementos sean evidentes.

Lo que puede desconcertar a algunos espectadores es la tendencia de los actores a interpretar diálogos sumamente elaborados de manera más teatral que cinematográfica. Esto podría no ser sorprendente, dada la experiencia de Branagh en proyectos shakesperianos y su enfoque más teatral en producciones cinematográficas de gran escala (como su contribución única al Universo Cinematográfico de Marvel con “Thor”). Sin embargo, esta elección puede resultar un tanto forzada para algunos.

Michelle Yeoh
Michelle Yeoh

Particularmente, la actuación de Tina Fey se ve superada por sus compañeros de reparto. Su interpretación recuerda más a su personaje de “30 Rock”, Liz Lemon, imitando a una escritora de época en lugar de ofrecer un retrato auténtico y honesto. Por otro lado, actores como Kyle Allen brindan interpretaciones que no encajan completamente con el estilo de actuación de los demás personajes.

En contraste, Jamie Dornan y Camille Cottin ofrecen caracterizaciones mucho más matizadas. Michelle Yeoh también brilla en una breve aparición como la señorita Reynolds, la médium que supuestamente puede comunicarse con la difunta hija de la estrella de ópera Rowena Drake, interpretada por Kelly Reilly. Branagh también recluta a Jude Hill, revelación de su película ganadora del Oscar “Belfast”, para interpretar al hijo del médico afectado por el TEPT, un papel que Hill desempeña con destreza, manteniéndose a la altura del reparto adulto sin parecer precoz.

“A Haunting in Venice” no representa la película más emocionante ni audaz en el género del misterio de asesinato, pero es una obra cinematográfica más que aceptable, con elecciones estilísticas que enmascaran algunas de sus deficiencias. Branagh demuestra su afinidad por el personaje y las historias de Agatha Christie, y mientras los estudios le permitan continuar con estas adaptaciones, es probable que continúe aprovechando la oportunidad. Esperemos que futuras entregas de misterio de Poirot se acerquen más a esta obra que a “Death on the Nile”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *