The Naked Gun revive el cine de comedia absurda

En una era cinematográfica saturada de dramas oscuros y narrativas sombrías, The Naked Gun nos trae una comedia directa desde los años dorados de la comedia absurda. Regresando a comedias como Scary Movie y Something About Mary, esta nueva propuesta nos lleva a esa época.

Dirigida por Akiva Schaffer (Popstar, Hot Rod) y protagonizada por un inspiradísimo Liam Neeson junto a Pamela Anderson, esta nueva versión no solo revive a Police Squad, sino que también redefine el lugar de la risa en la pantalla grande.

Un regreso necesario al cine de comedia

Durante más de una década, el cine de comedia en salas fue relegado a presupuestos mínimos y estrenos en streaming. The Naked Gun desafía esa tendencia con una producción a gran escala, efectos exagerados, y un ritmo de chiste por minuto que recuerda a clásicos como Airplane! y la trilogía original de Naked Gun.

El filme no se toma nada en serio, ni siquiera a sí mismo, y ahí radica su magia. La trama —si es que eso importa— gira en torno a Frank Drebin Jr., un oficial con una “particular serie de habilidades” que debe salvar al mundo… o algo así. Lo importante aquí no es el argumento, sino la carcajada.

Liam Neeson como icono de la comedia

Liam Neeson es, sin duda, la gran sorpresa de esta película. Al igual que Taken redefinió su carrera como héroe de acción, The Naked Gun podría hacerlo como comediante. Su interpretación es una mezcla perfecta entre homenaje y parodia de Leslie Nielsen. El resultado es brillante: Neeson entrega una actuación llena de timing cómico, ironía involuntaria y una química perfecta con el caos que lo rodea.

Pamela Anderson encuentra el tono perfecto

Pamela Anderson, por su parte, sorprende al equilibrar su carisma con una entrega totalmente comprometida al humor físico y verbal. Su personaje no es solo decorativo: tiene presencia, ritmo y varios momentos que arrancan carcajadas genuinas. Anderson demuestra que no solo tiene el porte de estrella, sino también el sentido del timing necesario para destacar en una comedia de este calibre. Su química con Neeson aporta una capa de dinamismo que enriquece el ritmo frenético del filme.

The Naked Gun

Akiva Schaffer, el director que entiende la risa

Schaffer demuestra una vez más que comprende el arte de hacer reír. Su estilo, heredero directo de los Zucker-Abrahams-Zucker, se nutre del ritmo acelerado, los gags visuales y una total falta de respeto por la lógica narrativa. Como en Hot Rod o Popstar, aquí también se siente esa irreverencia inteligente, que exige atención al detalle, pues muchas bromas ocurren al fondo o entre líneas.

Una experiencia teatral inolvidable

Uno de los puntos más destacados de la reseña original es la experiencia compartida en el cine. The Naked Gun no es solo divertida; es contagiosa. El público ríe, se contagia, y el eco de la risa colectiva transforma la sala en una fiesta de humor. Es una experiencia que no se puede replicar en casa, y eso es precisamente lo que necesita el cine: comedias que nos devuelvan el placer de reír con extraños.

Bromas que sí funcionan

A diferencia de las parodias fallidas de los 2000s, este reboot es efectivo porque no depende de referencias vacías. Si no de situaciones absurdas y diálogos ingeniosos. Desde un bartender (Cody Rhodes) que le confiesa a Neeson que mató a su hermano, hasta los créditos finales llenos de chistes visuales y líneas escondidas. The Naked Gun nunca deja de entretener.

Y sí, si existe algo de justicia en la Academia, la canción de los créditos debería ser nominada al Oscar. Al menos para que podamos decir: “The Naked Gun estuvo en la conversación del Oscar”.

Conclusión: Rían, por favor

The Naked Gun no solo es una gran comedia; es un acto de resistencia contra el cinismo que domina Hollywood. En palabras del crítico, “estamos listos para divertirnos otra vez”. Y con esta película, se demuestra que aún es posible.

Les comparto su tráiler.

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