El cine puertorriqueño sigue ganando terreno con producciones que buscan contar nuestras historias desde la cotidianidad, con un lenguaje cercano y personajes que reflejan nuestras realidades. En ese contexto llega Diario, Mujer y Café, la primera película como directora y guionista de Roselyn Sánchez, quien sorprende con una propuesta que mezcla humor, drama y una mirada entrañable a la amistad femenina.
Más allá de su debut detrás de las cámaras, Sánchez logra convocar a un elenco de lujo, que con su química y carisma sostiene una trama ligera pero entretenida. La película es, en esencia, una carta de amor a Puerto Rico y a la importancia de las amistades que nos acompañan a lo largo de la vida.
Un elenco lleno de energía y autenticidad
La historia se sostiene gracias a la fuerza de sus cuatro protagonistas. Angélica Vale interpreta a Fabiola, una vloguera reconocida que atraviesa un doloroso proceso de divorcio. En su búsqueda por sanar, decide organizar una escapada con sus amigas de la adolescencia, conocidas como las “Tiki Tikis”.
Junto a ella está Marisé Álvarez como Sol, madre soltera, instructora de yoga y espíritu libre que aporta frescura y vulnerabilidad al grupo. Karla Monroig interpreta a Ana María, una mujer que sacrificó su exitosa carrera profesional por seguir los pasos de su esposo político, y cuya vida está marcada por dudas y sacrificios. Finalmente, Angelique “La Burbu” Burgos da vida a Bianca, una abogada directa, sin filtro, cuya personalidad neurótica genera algunos de los momentos más divertidos de la cinta.

El resto del elenco enriquece la experiencia: Charytín Goyco, Hermes Croatto, Clarissa Molina, Francis Rosas, Ali Warrington, Maritere Castellanos y Luz María Rondón. Ellos aportan dinamismo, demostrando la variedad de talentos que tiene Puerto Rico tanto en lo actoral como en lo cultural.
Una historia que apuesta por la complicidad
La trama, aunque sencilla, logra enganchar gracias a la autenticidad con la que está contada. Fabiola, deprimida tras su separación, decide usar a sus auspiciadores de su vlog para organizar un viaje con sus amigas. Lo que inicia como un “getaway” se convierte en una experiencia de reencuentro, donde las protagonistas redescubren la fuerza de su vínculo y enfrentan juntas los dilemas de la adultez.
Roselyn Sánchez acierta en mostrar la complicidad entre las cuatro amigas. La química es palpable y se siente como si fueran amigas de toda la vida. Esto es algo que genera identificación inmediata con el público. El guion, aunque en ocasiones cae en clichés y situaciones predecibles, se sostiene gracias a ese trabajo actoral.
Entre comparaciones y repeticiones
Uno de los elementos inevitables es la comparación con otras películas recientes del cine puertorriqueño, como Parto y @amor, que también giran en torno a la amistad femenina. Si bien no es un punto negativo en sí mismo, la repetición de temáticas similares puede dar la impresión de falta de diversidad en los relatos actuales.
Por otro lado, la inclusión de escenas con marihuana, recurso ya visto en producciones como Picando Alante y Yerba Buena, vuelve a usarse como herramienta para transformar al personaje más rígido en alguien más relajado. Aunque funciona en tono cómico, empieza a sentirse como un recurso gastado dentro del cine local.
Una mirada a Puerto Rico desde el cine
Uno de los mayores aciertos de Diario, Mujer y Café es su cinematografía. Filmada en Dorado, Río Grande y San Juan, la película aprovecha al máximo los paisajes naturales y urbanos de la isla. Cada toma parece diseñada no solo para enmarcar la historia, sino también para proyectar a Puerto Rico como un escenario cinematográfico atractivo y lleno de vida.
Ese detalle convierte a la película en un homenaje visual a la isla. En tiempos donde gran parte de las producciones puertorriqueñas buscan trascender fronteras, esta apuesta refuerza la importancia de contar con escenarios locales como protagonistas.
El valor de la apuesta de Roselyn Sánchez
Quizás el elemento más destacable es la decisión de Roselyn Sánchez de dirigir su primera película en Puerto Rico, en lugar de buscar hacerlo en Hollywood. Esa elección habla de un compromiso con la industria local y con la proyección de nuestro talento. Con Diario, Mujer y Café, Sánchez se suma a la lista de artistas puertorriqueños que buscan fortalecer la producción cinematográfica en la isla. De esta manera, generando oportunidades y visibilidad para el cine local.
El guion tiene sus limitaciones: por momentos recurre a fórmulas predecibles y no se arriesga en lo narrativo. Sin embargo, la honestidad y el cariño con el que está construido logran que funcione como una experiencia fresca y entretenida.

Conclusión
Diario, Mujer y Café no pretende reinventar el cine ni romper esquemas. Su objetivo es claro: ofrecer una película ligera, divertida y emocionalmente cercana, ideal para disfrutar con amigas. Y lo consigue gracias a la naturalidad de su elenco y la química entre sus protagonistas. Además de ver la belleza visual de Puerto Rico en la pantalla grande.
Más allá de sus limitaciones, la película confirma que el cine puertorriqueño está en un momento de crecimiento, donde historias sobre amistad, amor propio y comunidad encuentran un espacio para conectar con la audiencia.
Si buscas reír, emocionarte y celebrar la amistad, Diario, Mujer y Café es una excelente opción para disfrutar en la pantalla grande. Compartimos su tráiler.